Ocres aterrados
Ya los soles no penetran la umbría de la angustia.
Barcos sin puertos vagan en el desierto de la soledad.
Venus en los pies de Mercurio huye vencido hacia el Génesis.
Sólo quedan alados hierros y esencias sin cuerpo ni alma.
El silencio se agiganta deglutiendo lenguas.
Los mares vuelven a ser lágrimas en los ojos huecos.
Cruzo la verticalidad del tiempo lateralizando la piel.
Veo los mismos ocres
aterrados y no puedo dar un paso.
Quedo suspendido en la intemporalidad de la nada.
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